Consejos para prevenir los gases

La acumulación de gases en la barriga y la consiguiente sensación de hinchazón es una dolencia muy habitual y profundamente incómoda.

No en vano, una de las consecuencias más evidentes de los gases, la flatulencia, puede generar situaciones desagradables si aparece en los momentos más inoportunos.

De igual modo, los eructos y demás sonidos característicos de la acumulación y expulsión de gases son vistos como una falta de educación y causan una gran vergüenza a las personas afectadas.

Por ello, conviene conocer algunos consejos sencillos para prevenir la hinchazón de estómago y sus consiguientes efectos secundarios.

Determina qué alimentos te producen gases y evítalos

Antes de recurrir a tratamientos más agresivos o artificiales, quizá sea más recomendable apostar por los remedios tradicionales que no causan ningún daño al organismo y que, según qué casos, arrojan resultados muy positivos y rápidos.

El primer consejo, obviamente, pasa por realizar una selección de los productos que nos originan los gases. Generalmente, la flatulencia suele aparecer por el consumo de unos determinados alimentos cuya naturaleza varía según cada persona.

Algunos de los más propensos a originar este problema son las legumbres, la lactosa y los derivados de la leche, las bebidas carbonatas o la cerveza.

Puedes pedirle a tu medico de cabecera que te recomiende los mejores medicamentos para los gases aprovecha las ofertas de buen fin para adquirirlos.

Atención a los hábitos en la mesa

La siguiente precaución hace referencia a los hábitos de consumo en su totalidad, no limitándose a las características de los alimentos.

Está comprobado que comer con demasiada rapidez puede ocasionar, además de otros problemas, que la comida no se digiera correctamente y que se sienta una gran hinchazón en la barriga durante un tiempo prolongado, pudiendo derivar finalmente en flatulencias.

De igual modo, quienes comen con la boca abierta pueden, amén de incurrir en una notable grosería, acumular aire en el estómago que solo pueda ser expulsado mediante gases. El bicarbonato, que favorece la digestión, ocasiona también flatulencias.

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Prevenir la hinchazón con jugo de limón

Los tratamientos tradicionales para combatir los gases suelen estar indicados para aquellas personas que padezcan estas dolencias con regularidad.

En este caso, puede optarse por dar pequeños sorbos de jugo de limón con agua, lo que solo se recomienda en aquellos casos en que se tenga la certeza de que se va a padecer flatulencias (porque condiciona lógicamente el sabor del resto de alimentos).

La miel también da buenos resultados en este sentido, pudiéndose consumir en lugar del limón por su sabor menos intenso aunque resulta algo más densa a la hora de acompañar la comida.

Paños calientes

En ocasiones, los gases se presentan sin que antes se haya hinchado la barriga, lo que evita que se puedan tomar precauciones (la flatulencia eventual es más compleja de tratar).

Sin embargo, cuando se detecta una inflamación en la barriga y se dispone de tiempo para ello, colocar una compresa o paño caliente sobre la zona abdominal es un remedio muy eficaz para rebajar la hinchazón.

En los casos más dolorosos se recomienda que la persona afectada se extienda sobre una superficie plana (la cama o el sofá) y que permanezca inmóvil unos minutos.

Una variante con alcohol

Una variante de este método es colocar un trapo humedecido con brandy o coñac y sal, lo que actúa como freno para la hinchazón y facilita una mayor fluidez en el proceso digestivo.

Se trata de una acción algo más agresiva que la de utilizar un simple paño caliente pero arroja muy buenos resultados cuando la dolencia es especialmente intensa, puesto que el alivio del dolor es casi inmediato.

Obviamente, este remedio solo puede aplicarse con la persona completamente acostada. En caso de no disponer de estas bebidas puede optarse por otros líquidos alcohólicos como el whisky o licores con una alta gradación.

Otros aspectos para tener en cuenta

Independientemente de si se opta por los remedios naturales o por los compuestos químicos, prevenir los gases y todo lo que estos comportan está íntimamente ligado con una vida sana en la que el ejercicio ocupa un espacio importante.

Lógicamente, ninguna rutina garantiza la eliminación por completo de la flatulencia, pero sí que contribuye a que esta sea mucho más esporádica y menos intensa.

Las actividades aeróbicas facilitan la movilidad intestinal y la expulsión controlada de las ventosidades (evitan los famosos ‘balones de gas’ bajo la zona abdominal.

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